Si, debo aceptarlo sin pena. Acá en Bogotá es más difícil por el clima frío pero en tierra caliente, es una delicia andar por la casa sin ropa o dormir sin ella. Aunque dormir encuerada es más rico en compañía, también lo es sola, después de bañarse y untarse cantidades industriales de una crema deliciosa y sentir las sábanas. Me gusta la desnudez porque me encanta ver y porque me gusta mi cuerpo, me siento cómoda al verme al espejo. Me gustan mis imperfecciones y mis proporciones. Me siento tranquila cuando estoy encuerada aunque a veces, sin saber por qué me invada el pudor, a pesar de que disfruto de sentirme observada.
Cuando es en compañía, encuerarse es una maravilla porque se puede sentir la textura de la espalda, las piernas, el cuello, los pies. Se puede oler, tocar, y lo mejor, rozar sin premeditación, pero con deseo, partes del otro, y esos roces pueden ser el inicio de caricias exploratorias que terminarán en orgasmos y risas.
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2 comentarios:
Andar desnudo es un placer total que poca gente comparte, gran parte de nuestros placeres se descubren así y ese goce queda entonces al alcance de la mano. Cada vez que puedo lo hago
Vaya, me tiene deslumbrado encontrar tanta sinceridad en los blogs. Gracias por estar aquí. Seguiré tus historias.
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