viernes, 25 de julio de 2008
Obsesiones
Uno siempre tiene ideas sobre situaciones o también objetos que, como las situaciones, producen una serie de sensaciones indescriptibles. Esas obsesiones pesan también sobre las palabras. Muchas veces escuchar o decir ciertas palabras en ciertos momentos provocan una explosión tipo bomba atómica. Algunos les dicen fetiches. Repensar esas ideas, palabras y situaciones hacen que la imaginiación corra como loca hacia lugares insospechados. Ahí se alimenta el deseo, porque estas ideas están casi siempre vinculadas con desear algo, alguien o alguna parte de alguien. Y desear se convierte en inventar y también en reiterar, en isnsitir en tener, en vivir, en oir, oler, lamer, besar para cumplir con ese deseo intruso y al parecer insaciable que se entierra en la cabeza y en el cuerpo.
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1 comentario:
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