Desde la infancia nos atormentan con ese cuento: "Cuando seas grande". Y es lo peor. ¿Por qué pensar en el futuro si no existe? para qué demonios gastar tiempo en lo que no ha pasado. Es horrible pero inevitable atormentarse con el mañana, con lo que será, con la incertidumbre.
Es una maña humana y de las malas. No tiene sentido pensar en qué decidir en si llamar o no en si escribir o no. Hay que esperar el momento y ahí si pensar en qué hacer y en que esa decisión sea consciente.
Hasta este, mi año número 30, decidí no pensar en el futuro, vivir cada día como venga, pero no es fácil, me cuesta porque siempre nos piden planear, tener claro tiempos, movimientos, y luchar con eso es duro. Ahora quiero vivir cada día sin que me importe el futuro pero eso sí, siempre protegida, siempre lista para lo que venga sea lo que sea, y con la absoluta seguridad de que sea lo que sea que pase, la vida sigue, el mundo jamás se detiene y afuera hay mil lugares y personas por descubrir.
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2 comentarios:
Pensar en el futuro sólo logra antorpecer el presente.
Tienes razón!
sabes me gusto tu blog, estaremos en contacto, un abraso
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