En la vida siempre hay amistades que no se conforman con eso, “llamas que ni con el mar” dice Mecano, pero es cierto también que cuando las cosas no se dan es por algo. Sin embargo, esas amistades existen y es bueno reconocerlas. Aquí una serie de pistas que delatan, sin duda, una amistad con ganas de otra cosa.
Siempre existen amigos con quienes la química, el gusto, están siempre vivos. Son esos amores que nunca se empezaron y tampoco se terminaron, el ave Fénix que vuelve de las cenizas a reavivar fuegos que parecían extinguidos.
Son estos amigos con quienes durante un tiempo se compartió, no lo suficiente para llegar al algo serio, pero si lo justo para generar cariño, comprensión y un deseo que se quedó como paralizado en la historia. La verdad es que el deseo siguió y a pesar de que en un momento se decidió “dejar así no más” la realidad es otra.
Ese amigo será siempre el eterno arrocito en bajo, el indestructible enamorado con quien nada de concreta y el perfecto paño de lágrimas para el despecho. Detrás de esa amistad hay un deseo que busca ejecutarse de diferentes maneras, aquí algunas señales que pueden indicar, si está ud frente a un amigo que le tiene ganas.
1. Su amistad data de años atrás. Se llaman y se ven con alguna frecuencia, y su comportamiento es cariñoso: bastante contacto físico y unas miradas que podrían encender los cerros de Bogotá. La química entre uds es tan evidente pero son tan hábiles para negarla, que aunque cada uno sueña con tener una sesión de sexo salvaje con el otro, jamás lo reconocerán. Cada vez que se ven recuerdan lo bien que la pasaron, se sacan uno que otro trapo al sol, pero terminan siempre diciéndose lo mucho que se quieren, se admiran, se respetan, a pesar de todo. Usted decidió llamarlo su mejor amigo o amiga, pues por la confianza que se tienen, es mejor ese estatus que uno indeterminado.
2. Siempre tocan el tema de “que hubiera pasado si” en tono nostálgico, entre risas y reproches soterrados, pero sentidos, intentan develar por qué demonios nada se concretó. Ninguno se atreve a lanzarse al ruedo, a tomar acciones como un beso apasionado, un empujón a la cama o al sofá o por qué no, romper la ropa del otro en un arrebato incontenible. Ambos tienen ganas y también miedo, que no los deja actuar. Pero a pesar del miedo, cada uno busca el menor chance para acercarse de más, para tocar un poco, para mirar con lascivia, para exhibir sus atributos, como animal en rito de apareamiento.
3. Si hay la oportunidad de que salgan con sus respectivas parejas, casi siempre en medio de los tragos, él le dirá a su novio algo así como: “cuídela que esta vieja es lo máximo y yo la adoro” y ud, le dirá a la novia de él algo que suena como: “este man es divino cuídelo, aproveche”. Estas palabras son signo inequívoco del cariño irrealizado que hay entre ustedes. Estas salidas con sus parejas no son frecuentes porque por lo general a él no le gusta su novio a quien le pone apodos como Don Chocho o Don jediondo, y siempre lo critica por la pinta, lo que dice o lo que hace, su amigo siempre estará acechándola,si su amigo l etiene ganas listo para atraparla. A ud la novia de él le cae bien pero no le parece gran cosa, y ud siempre estará esperando un momento de crisis para caer como ave predadora sobre presa herida.
4. Siempre que salen tienen vademécum musical que no es otra cosa que la banda sonora de lo nunca fue entre uds. Al oír esas canciones llegan las remembranzas de situaciones, lugares, salidas, besos y cosas que se dijeron, que fueron muy significativas que hoy dan risa, y que siempre añoran volver a oír. Por eso siempre se las repiten para provocar y así ver si alguno se anima a empezar un repaso de lo visto la última clase.
5. En la casa de él a ud la adoran y él en su casa es como otro hijo, por eso su mamá y la de él siempre han creído que son el uno para el otro y algún día van a terminar juntos. Es frecuente que cuando salen en plan de solteros, varias personas preguntan si son novios y cuanto llevan. En ese momento hay risa nerviosa, sonrojamiento mutuo y algún comentario del tipo: “Yo feliz, pero como ella no quiso” o “No, el es mi mejor amigo”. Acto seguido habrá un acercamiento en primerísimo plano entre uds, que será interrumpido por una frase del tipo “ya vengo voy al baño” o algo desafiante e intimidador como “y, ¿entonces?”, sin embargo, de nuevo el miedo los poseerá y es probable que ninguno haga nada, aunque siempre hay la esperanza de una sorpresa.
6. Entre ustedes, además de una hermosa amistad, lo que hay es un polvo enquistado. Es decir, no han podido consumar como se debe tanto cariño, pero cuando hay la oportunidad no lo hacen, tal vez porque saben que se pierde la magia o la amistad se va al carajo. Mientras la cosa no se consume con toda la pasión y el tiempo necesarios, ese amor seguirá interruptus, los dos muertos de ganas y felices de jugar ese “tire y afloje"
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